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Existe la pureza de la humanidad. Es allí, en las montañas, los campos de hielo, la selva a los largos ríos y en los valles. Jimmy Nelson encontró a los últimos miembros de las tribus y los observó. Él sonríe y bebió sus cervezas misteriosas antes de sacar su cámara. El mundo no debe olvidar nunca las cosas como estaban.
Hay una belleza pura entre los lazos familiares, su creencia en los dioses y la naturaleza, y su voluntad de hacer lo correcto. Ya sea en Papua Nueva Guinea o en Kazajstán, en Etiopía o en Siberia, las tribus son los últimos recursos de autenticidad natural.
"En 2009, había planeado convertirse en un invitado de 31 tribus aisladas y visualmente únicos. Yo quería ser testigo de sus tradiciones, participar en sus ritos y descubrir cómo el resto del mundo amenaza con cambiar su forma de vida para siempre. Lo más importante es que quería crear un ambicioso documento fotográfico. Un cuerpo de trabajo que sería un registro etnográfico insustituible de un mundo que desaparece rápidamente.
Retratos elegantes y sugerentes creadas con una cámara de 4x5. EL detalle que se logra mediante el uso de este tipo de grandes negativos proporcionaría una vista extraordinaria en las vidas emocionales y espirituales de los últimos pueblos indígenas del mundo. Al mismo tiempo, sería glorificar a su variación y la creatividad cultural única con sus caras pintadas, peinados extravagantes y lenguaje ritual".
*Más información:
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